sábado, 6 de octubre de 2012

Introducción

            Disertar sobre el antihaitianismo presente en la sociedad dominicana no es una tarea de poca importancia por un sinnúmero de razones que hacen de este tema una cuestión siempre actual y hasta “morbosa”. En primer lugar, es un tema muy complejo y quisquilloso. En segundo lugar, es un tema muy enraizado en la cultura y en la mentalidad dominicana, por lo tanto hay que tomar mucha precaución al tratar dicho tema.

            Antes de pisar el suelo dominicano siempre he escuchado hablar del sentimiento racista en la sociedad dominicana contra los haitianos. Los medios de comunicación no se cansaban de publicar las repatriaciones injustas e inhumanas hechas por el Gobierno dominicano. Sin embargo, yo no tenía ningún concepto claro y preciso sobre este sentimiento racista presente en la sociedad dominicana. ¿Cómo surge? ¿Quién lo promueve? ¿Con qué interés? Muchas veces me preguntaba: ¿Por qué los dominicanos detestan a los haitianos? ¿Será por el simple hecho de que tenemos la piel más oscura que ellos? ¿En qué medida el factor económico influye en este sentimiento racista? 

             Día y noche le di mente al asunto sin llegar a una conclusión. Al llegar al país el cuatro de agosto de 2001 por vez primera, pude constatar con mis propios ojos todo aquello que era tema principal de mis reflexiones cuando estuve en Haití. A partir de ahí empecé a preocuparme seriamente sobre el tema. Procedía con mucho interés a la lectura de todos los artículos que salían en los diarios del país cuyo tema principal era el antihaitianismo. He participado en conferencias, me he interesado en la lectura de algunos que abordan la temática desde diferentes ópticas buscando descubrir las verdaderas causas de este fenómeno social y cultural. Hasta que finalmente decidí, para optar por el título de Licenciado en Humanidades y Filosofía, concentrar toda mi investigación y reflexiones en el estudio de la o una de las obras de quien fuera uno de los más representativos intelectuales de la Era de Trujillo y quien que hará del antihaitianismo parte de su estrategia en la defensa del nacionalismo dominicano; me refiero a Manuel Arturo Peña Batlle. 


            La investigación, a primera vista, me parecía del todo fácil llevarla a cabo porque no tenía ningún concepto claro sobre este gran historiador nacional, el “más fiel intérprete del pensamiento dominicano” como lo afirma Jean Price Mars. De ahí que en la primera redacción del trabajo he sido extremadamente crítico frente a sus argumentos. Me resultó difícil entender que su antihaitianismo formara parte de su proyecto de nación al igual de su idea de progreso de la República Dominicana. 

             Por eso, después de varios meses de apasionada investigación bajo la dirección de mi asesor, pude descubrir que no podemos entender el antihaitianismo en Peña Batlle encuadrándolo dentro de un marco específico. El asunto no es simplemente calificar a Peña Batlle de antihaitianista y basta. En este caso de nada serviría nuestra investigación, sino descubrir las verdaderas razones que le llevan en esta dirección. El resultado de mi trabajo ha consistido, por tanto, en ver su concepción antihaitianista como parte de su empeño en la construcción de la identidad nacional dominicana. 

            Ahora bien, a lo largo de mi exposición, y partiendo de lo general para llegar a lo particular, trataré de demostrar en qué sentido podemos considerar a Peña Batlle como antihaitiano basándonos en sus propios textos. Ese será el objetivo pretendido en el presente trabajo.

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