sábado, 6 de octubre de 2012

3.1. Hacia una definición del concepto “antihaitianismo”

            Si nos disponemos a realizar un estudio sobre la definición propiamente dicha del término “antihaitianismo”, nos daríamos cuenta de que todas nuestras investigaciones terminarían con una conclusión similar, a saber: “todo antihaitianismo es un prejuicio racial” que toma cuerpo en la historia, en una coyuntura y en un contexto determinado. 

           Ahora bien, ¿qué es un prejuicio? ¿todo prejuicio, añadiéndole el término racial, es un racismo? ¿Qué implica ser racista? Para contestar a esas preguntas es fundamentalmente importante definir los términos siguientes: “prejuicio”, “prejuicio racial” y “racismo”. 

              El término “prejuicio” está compuesto por un prefijo “pre”, que significa “antes de, o previo a”, y “juicio” que significa ideas o concepciones. Lo que implica a decir que todo prejuicio es tener unas ideas previas a… o preconcebidas, sin una experiencias previas. Al añadir el término “racial”; “prejuicio racial” se define, partiendo de un estudio realizado por el Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM), como: “un prejuicio previo a la experiencia acerca de una persona, de la que se recela por pertenecer a un grupo determinado sobre el cual se poseen determinadas creencias o estereotipos.” 

           Por otra parte, el término racismo, según Walter Cordero, implica: “...siempre un rechazo abierto o encubierto a gente tenida a menos, supuestamente tan sólo por razones biológicas. Se procura impedir la igualdad de oportunidad a los grupos étnicos subordinados, sean éstos la mayoría o la minoría numérica de la población.” 

            Volviendo a nuestras preguntas, podemos afirmar partiendo de las definiciones planteadas, que todo prejuicio racial es en cierta medida un racismo. En consecuencia, ser antihaitianista es ser racista porque implica un rechazo de todo lo haitiano, ya que simboliza “la barbarie porque es una sociedad netamente africana y por ende atrasada.” 

            En este contexto, y partiendo de esa definición del antihaitianismo, ¿podemos acusar a Peña Batlle de antihaitianista? O más bien ¿en qué sentido podemos considerarlo como antihaitiano? O bien ¿Peña Batlle tenía ciertos prejuicios sobre un grupo social bien determinado dentro de la sociedad haitiana, o sobre todo el pueblo haitiano? 

           No podemos afirmar, pero tampoco desmentir, que Peña Batlle no tuviera prejuicios sobre toda la sociedad haitiana, o que tuviera prejuicios sobre un grupo bien determinado de la sociedad haitiana. En este caso, los campesinos haitianos que cruzan la frontera en búsqueda de una mejor condición de vida aquí en República Dominicana. 

         Si nos fijamos en su discurso pronunciado en Elías Piña, que analizaremos en apartados siguientes, se ve claramente que Peña Batlle tenía prejuicios sobre un grupo bien determinado de la sociedad haitiana, en este caso los campesinos que cruzan la frontera. En cambio, veía con benevolencia la otra capa de la sociedad haitiana, en este caso la élite haitiana. 

        El mismo Peña Batlle afirma: “No hay sentimiento de humanidad, ni razón política, ni conveniencia circunstancial alguna que puedan obligarnos a mirar con indiferencia el cuadro de la penetración haitiana. El tipo-transporte de esa penetración no es ni puede ser el haitiano de selección, el que forma la élite social, intelectual y económica del pueblo vecino. Ese tipo no nos preocupa, porque no nos crea dificultades; ese no emigra. El haitiano que nos molesta y nos pone sobreaviso es el que forma la última expresión social de allende la frontera.” 

            Esa distinción hecha por Peña Batlle nos lleva a plantear, repitiendo a Lil Despradel, que “las élites dominicanas se acercaban a los grupos de las élites haitianas. Por su posición en la estructura social, aquellos no discriminan a éstos.” Además, repitiendo a Fanon en su texto titulado Peau noire, masques blancs, Lil nos afirma que para las élites dominicanas, “las élites haitianas negras o mulatas son hijos de la cultura francesa.” 

         Ahora bien, echando una ojeada a su libro titulado Orígenes del Estado Haitiano, parece evidente que Peña Batlle no solamente tenía prejuicios sobre un grupo bien determinado dentro de la sociedad haitiana, o sea el grupo que representa “la última expresión social de allende la frontera”, sino también sobre todo el pueblo haitiano desde el período colonial hasta la independencia.

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