sábado, 6 de octubre de 2012

4.2. El pensamiento dominicano y otros niveles

         No es únicamente en el sistema educativo dominicano que Peña Batlle dejó sus huellas, sino también en todas las instituciones públicas y privadas, incluso en ciertos susodichos pensadores dominicanos. Es verdad que no todos han sido manipulados ni influenciados por este nacionalismo ciego, dejado como herencia por Peña Batlle. Pero es un hecho real que en todos los medios de comunicación nacionales las opiniones sobre el tema haitiano reflejan esa ideología que se ha venido construyendo desde la época de Peña Batlle. 

        La influencia dejada por él en el pensamiento dominicano empieza desde temprano, digamos que en su misma época. Manuel Núñez en este sentido apunta: “Peña Batlle representó toda la proyección del ideal de su generación. Sus grandes argumentos historiográficos influyen en Rodríguez Demorizi, en Joaquín Balaguer, en Máximo Coiscou, César Herrera, en Marrero Aristy y en el desarrollo inmediato postrero de la historiografía.” 

       En la actualidad no son pocos los intelectuales que siguen los pasos de Peña Batlle en lo que respecta al tema haitiano. En este sentido Lil Despradel nos ilumina con argumento muy valioso: “El primer grupo tradicional, cuya edad varía entre 62 y 85 años, está constituido por los historiadores más viejos, aquellos que pertenecían a la generación de Peña Batlle. Estos son los ideólogos de las clases dominantes. Con sus obras históricas ellos alimentaron durante años la ideología de las clases superiores: miembros de la Academia de Historia, profesores universitarios, secretarios de Estado. Sus respuestas y los matices de éstas indican la evolución del antihaitianismo dentro del establishment, desde las posiciones extremistas de Peña Batlle, hasta las actitudes mitigadas de nuestros días.” 

         Unos de los representantes de esa herencia legada por Peña Batlle y difundida a través de ciertas universidades es Manuel Núñez, en cuyos textos aflora un marcado y vibrante antihaitianismo. Tanto así que podemos afirmar, sin ningún género de duda, que en dichos textos se pueden percibir la fusión del carácter cultural de Peña Batlle y la tendencia racial de Joaquín Balaguer aplicadas a las realidades de hoy, sirviéndose de los nuevos estudios que se han realizado sobre la degradación paulatina y drástica de la sociedad haitiana.

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