sábado, 6 de octubre de 2012

2.4. El panorama internacional

            Otro elemento de suma importancia a tener en cuenta en el momento de proceder a análisis crítico del concepto de nación en Peña Batlle, es el panorama internacional. No se puede entender este nacionalismo sólo a partir de los problemas internos de la República Dominicana ni tampoco desde el sentimiento antihaitianista. Para lograr una comprensión más objetiva del proyecto nacionalista del país hemos de situarnos, por tanto, en el marco internacional propio de aquella época. En este sentido Raymundo González nos afirma lo siguiente: “…en el plano internacional, la derrota de la República española por el ejército franquista, y la reimplantación de la dictadura “nacional” con base en la ideología del falangismo; el auge obtenido por el nazismo y el fascismo en Alemania e Italia, respectivamente; todo ello parecía ir devolviendo el espíritu corporativo y de cohesión nacional que el liberalismo individualista había fracturado en el orden burgués. “Desde ese punto de vista, el sentido del sacrificio en aras de un bien colectivo como era el estado, que serviría de instrumento para el engrandecimiento o la reconstrucción nacional aparecía, en medio de la crisis mundial que se prolongaba desde el año 1929, como la vía más expedita para lograr lo que el liberalismo no pudo conseguir en sus ensayos dominicanos: una nación moderna.” 

            Más adelante Raymundo González añade: “La descomposición que reflejaba la posguerra de los años veinte y el estallido de la crisis económica mundial no eran precisamente el panorama auspicioso que prometiera la “era científica” anunciada por los positivistas. Los movimientos fascistas nacionales, aunque conservadores, se presentaban como los verdaderos portadores de la grandeza nacional y aún de la modernización requerida por las circunstancias. No hay que olvidar que esos regímenes llevaron adelante la modernización industrial dentro de un sistema que comprendía una legislación laboral “avanzada” respecto de las sustentadas por las economías ortodoxas liberales.”

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