sábado, 6 de octubre de 2012

CAPÍTULO II


EL NACIONALISMO DOMINICANO 

2.1. Antes de Trujillo: finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX 

            El nacionalismo dominicano de las últimas décadas del siglo XIX hasta los inicios del siglo XX se caracteriza por una “preocupación obsesiva con las posibilidades del progreso material.” Esa misma idea de progreso como parte de la construcción del nacionalismo era una moneda corriente al nivel regional. 

           Raymundo González, Michiel Baud, Pedro L. San Miguel y Roberto Cassá, en un texto titulado Política, identidad y pensamiento social en la República Dominicana afirman: “En las décadas finales del siglo XIX había ido madurando, al igual que en el conjunto de América Latina, una “ideología del progreso”, que no hallaba medios de realización.” 

            Ahora bien, ¿en qué consiste esa ideología del progreso? La respuesta a esa pregunta nos resultaría fácil si nos fijamos en las palabras de los autores citados anteriormente: “En esta idea ,-la idea de progreso como proyecto de construcción nacional- se resumían, para la época, las aspiraciones a una sociedad moderna, por cuanto tendían a asumir como referentes la civilización material capitalista y el espíritu científico del occidente europeo; y libre porque se proponían fundar una sociedad republicana, sin privilegios estamentarios, basada en la igualdad ante la ley, sin más diferencias que las derivadas del talento y las aptitudes de sus individuos.” 

            En resumen digamos que, para los intelectuales de aquella época que va desde las últimas décadas del siglo XIX hasta principios del siglo XX, el proceso de construcción nacional-estatal estaba estrechamente ligado con la ideología del progreso material, viéndose este progreso como un valor. Por lo tanto, como nos afirman el conjunto de autores ya mencionados, “este progreso se llegó a considerar como una obligación indispensable para sacar el pueblo dominicano del letargo.” 

         “De ninguna manera se debe proceder al rechazo del progreso, en el caso contrario sería cometer un acto inmoral o criminal,” ya que el mismo progreso entra en el proyecto de la construcción de la identidad nacional. 

          Otro aspecto de suma importancia, a tener en cuenta en el momento de analizar el nacionalismo dominicano que surgía en las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX, es la presencia de la vecina nación. Aunque para los intelectuales de esta época Haití representaba una amenaza, sin embargo, ellos no concebían la construcción del nacionalismo dominicano en relación con Haití. El discurso sobre la formación del nacionalismo dominicano no se reducía de manera unilateral con referencia a Haití. En Pedro Francisco Bonó, por ejemplo, la propuesta de la afirmación nacional está en estrecha relación con un proyecto económico. 

            Con respeto a eso, Pedro San Miguel escribe: “Los escritos de Bonó giran, en gran medida, en torno a cuestiones económicas. Sin embargo, en él, el proyecto económico aparece subordinado a una propuesta de afirmación nacional.”

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